Mi coche aparcado

Dejé mi coche aparcado.

No tenía ganas de conducir
así que me fui en un autobús
hasta la puerta de tu casa.

No es que el autobús
me dejara en la puerta de tu casa,
sino que llegué andando hasta allí.

Intenté perderme
para encontrarte.

Lo intenté.
Pero me sabía el camino de memoria.

Cuando llegué,
llamé fuerte a la(s)-tu(s) puerta(s)
pero nunca saliste.
(Porque nunca llegaste a entrar dentro:
de mi,
en mi).

Me quedé de pie un rato,
a ver si salías
(de ti)
pero me quedé esperando.

Y en eso estoy.
Intentando perderte
para encontrarme.