Un olor a lejía

Dejo la ventana abierta
para que se ventile el alma.

Un olor a lejía inunda la cocina.

Conmovida y rota, 
decido ahogar mis manos en el agua.

Friego los platos como el que siente
una catástrofe dentro de sí.

Con la mirada perdida, 
hacia el frente,
en el cielo, 
lo convierto todo en algo poético, 
borroso y celeste.

Una lágrima decide salir de mi.

No se cuánto tiempo he estado así,
con las manos metidas en el agua,
en lejía, con la mirada perdida y
el pensamiento triste.

Presiento que te has ido para siempre
y no puedo parar de llorar.
Las lágrimas agujerean la espuma
del fregadero como una tormenta de granizo.

Con las manos mojadas, 
cierro la ventana
para que no se me resfríe el alma.

Un olor a lejía sigue inundando la cocina.

Aunque, todavía, 
conmovida, rota y ansiosa, 
siento algo extraño dentro de mi cuerpo…..

Se que te has ido, 
tal vez, para siempre,
pero, aún creo en el reencuentro.



                                      (19 de Noviembre de 2011)