Te como

Desde que te fuiste
no he lavado las sabanas, 
ni a mi.

La cama huele a ti.

La almohada
aún tiene tus babas. 
Las mías
tú te las bebiste.

Te destruí.

Derramé tus trozos aquí, 
en este cuarto
donde tanto sexo hicimos.

Tengo insomnio. 
Me paso las noches
oliendo,
de esquina a esquina,
el colchón.

Lamiendo las sábanas, 
como una perra vagabunda, 
loca,
hambrienta,
me paso las madrugadas 
con todos sus minutos
dando vueltas sobre la cama.

Buscando un trozo de carne, 
un trozo de ti
que llevarme a la boca.

Y te encuentro.

Te como. 
Te devoro.

Ya nada queda de ti. 
Solo de mi.
Solo yo.
Sucia.

Quise sexo 
y te devoré

Devoré
lo poco que quedaba de ti. 
Lo poco que otras dejaron.