SUEÑO 1



Después de mucho tiempo sin vernos, mis amigas y yo habíamos quedado para vernos. Parecía como si hubiésemos retrocedido en el tiempo porque me daba la sensación de que ninguna teníamos novio. Estaba Cristina Medina, Laura, Mercedes, Jazmina, yo y a Jose Mari Camarena me lo encontré más tarde. Estábamos en una fiesta, dentro de un extraño edificio que se parecía a la Tabacalera de Lavapiés. Nosotros habíamos alquilado unas habitaciones para quedarnos luego a dormir porque sabíamos que íbamos a beber mucho. Aunque ya no fumaba, me fumé dos cigarrillos dejándome la garganta hecha polvo. La verdad es que eché una noche muy chula con ellas. Bebimos y nos reímos mucho, algo muy típico en nosotros. Llevaba unos levis 501, de aquellos que me ponía cuando era adolescente, el abrigo azul enorme que le dejé a Raquel y que nunca me devolvió y una cola baja. Iba recorriendo la galería cuando me tropiezo con….¡Jose Mari Camarena!. Qué alegría me dio. Ya me quedé con él porque con las niñas ya había hablado bastante y al final Cristina Medina salió discutiendo con una mujer que había sido una mal educada en el Mercadona porque puso su pierna encima del deslizador de productos de la caja para que yo no pusiera mis cosas encima hasta que la cajera no le cobrara todo. Por cierto, en la caja me encontré a Juani con sus tres hijos: José Luis, Sandra y del nombre del pequeño no me acuerdo. Se empezaron a reír cuando vieron a la mujer con la pierna así.


Con Jose Mari me tomé otra ginebra con limón. Nos reíamos un montón recordando las cosas de la escuela. Yo le hacía siempre mucha gracia, casi no podía mantener una conversación conmigo porque se reía con todo y se le ponían los ojos achinados cada vez que lo hacía.


Yo ya estaba borrachísima y le dije a Jose Mari de irnos para casa porque yo no pensaba quedarme a dormir allí, que me iba a mi casa. Me volví a la galería para despedirme de las niñas, las cuales intentaban cruzarla pero los niños no les dejaban. Como estaba todo oscuro ellas echaban a correr y si algún niño les atrapaba, se iban y se enrrollaban. A mi me cogió uno y le dije que se fuera a tomar por culo. Si me hubiese cogido Josema me hubiera ido del tirón. Lo vi al entrar en la fiesta. Estuvimos hablando un rato, yo le conté que estaba en Madrid, que me iba muy bien con lo del Master y que se podía venir un finde. Él me dijo que le encantaría y quedamos en vernos durante la fiesta, pero al final no lo vi, o mi borrachera me impidió verlo.

Salí del edificio y Jose Mari me estaba esperando para coger un taxi. Una amiga le llamó y le dijo que se adase ligero, que ahora no había nadie en la parad, pero parece que la gente le escuchó y salió un grupito corriendo en dirección hacia la parada de taxis. Jose Mari cuando los vio dijo:- Killa, al carajo, vamos otra vez a la fiesta a tomarnos otro pelotazo-. Le pregunté qué hora era y me dijo que las siete y media. Al final iba ver amanecer, hacía un montón de tiempo que no salía hasta tan tarde.


Ahora había más gente incluso que antes. Eso solía pasar en mi adolescencia en Arcos. Para atravesar la entrada tuve que pasar como por un cubo de colores de esos que había en los parques infantiles, pero este tenía cuerdas atravesadas. Nuria, la de la radio, a la que tantas putadas le hicimos en el instituto Marco y yo, me ayudó a atravesarlo. Jose Mari, no se como se las ingenió, ya me estaba esperando de pie en el cubo. Recuerdo que le dije: -Jose Mari, si después no hay taxis te quedas en mi casa que está en Vallecas-……..


Creo que ahí me he despertado porque ya no recuerdo más.


También que he soñado con una chica de color que tenía un bebé en un carro y que era bailarina junto con otra chica, pero esta era blanca. Las dos bailaban y lo único que recuerdo es que yo decía: -la negra tiene un culo típico de negra, cosa que a los tíos les encanta, pero la otra tiene un tipazo que no lo tiene la negra ni durmiendo-.

No se si este fragmento estaba en el mismo sueño de antes o era independiente.


Mi madre también aparece por ahí como sentada en una tumbona de esas bajitas que están casi a ras del suelo. La tumbona se rompe y se cae hacia atrás rodando por "la cuesta del competa". Sé que fui rápido a cogerla y que me dije que no podía sentarse así, en una tumbona como esa.


Hay otro fragmento donde aparezco vestida de cartera con el carro en una pequeña oficina y que discuto con otra cartera pero no recuerdo más.


Estas dos últimas partes sé que no tienen nada que ver con el sueño de la fiesta, que creo que las he soñado de manera independiente una de otra.



1 de Diciembre de 2010